Un mejor control de las enfermedades crónicas, del ambiente hormonal y la suspensión, en la medida de lo posible, de drogas que puedan causar dificultades, son importantes en el tratamiento de la disfunción eréctil. Muchos hombres no aceptan que su rendimiento sexual disminuirá con el paso de los años, y, en algunos casos, la incapacidad de mantener la erección puede conducir a cuadros depresivos.